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Hace tres meses que alguien oró por mí y vio una imagen mía. Era un poco extraño para él, porque Dios no le muestra cosas muy a menudo. En la imagen, vio que yo era un puente para los niños en el medio de una tormenta, yo era el puente para que puedan llegar al otro lado, a Jesús. Fue bueno para mí, pero me olvidé de eso, hasta el día en que comencé mi ministerio con los niños en Padre Las Casas, en ese momento me di cuenta de que Dios estaba trabajando en eso.

El mes pasado tuve la oportunidad de pasar tres semanas en Padre las Casas, un pequeño pueblo de Azua, ministrando y también ayudadando a un equipo de chicas del World Race(La carrera Mundial) que estaban trabajando para Compasión Internacional. Fui muy afortunada de ver a Dios a través de los niños. Jesús nos visito a través de ellos.

 Tube la oportunidad de compartir con dos pequeños delincuentes. Ellos no estaban patrocinados en compasión como los demas niños, pero los conocimos en el parque. Conocí a Robinson y Javier y me robó el corazón con su gran sonrisa y su fuerte risa. Dos niños que tienen hambre de amor y también hambre de alimentos. Estar cerca de ellos hizo mi vida más feliz. Ellos estan necesitados, tienen hambre. Tal vez no les podía ayudar con las cosas materiales, pero podríamos compartir el mejor regalo, uno eterno, el amor de Jesús a traves de nosotras.

Las personas no querian que les permitieramos entrar en el apartamento donde nos alojábamos. Javier y Robinson (también llamado Tulile) son conocidos en la ciudad por ser rebeldes, de mala conducta y ladrones como la gente dice. Creo que van a convertirse en lo que escuchan a la gente diciendo sobre ellos. Sin embargo, mientras que pase tiempo con ellos me di cuenta de que son buenos chicos, sólo necesitan atención y amor.

¿Y si hago lo que el resto de la gente? ¿Qué pasa si yo los llamo de la misma manera que ellos lo llaman?
¿Qué pasa si yo los trato como ellos lo hacen? ¿Estoy amando como Jesús me ama?

A veces necesitabamos tiempo como un equipo, así que no podíamos dejarlos entrar en el apartamento, pero empezaban a llamar a la puerta varias veces, haciendo ruido, tirando cosas a las ventanas, a veces nos hacian incomodar. Sólo querían estar con nosotros, con alguien que les mostrara amor. debiamos  perdonarlos porque Jesús nos perdona todo el tiempo.

Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre a mi me recibe.
Mateo 18: 5

Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.
Mateo 19:14

Los amo porque Jesús me amó primero, aun cuando yo era un pecador, aun cuando yo no soy perfecto en todo. Veo a Dios en ellos. El amor puede cambiar vidas. Dios es amor y quiere que amemos a todos, no importa qué.

Tenemos que ser la diferencia en este mundo. Si otros odian, tenemos que amar; Si otros juzgan a los demás, tenemos que amar a las personas tal como son; Si otros les encanta ser servido, tenemos que servir.

Si no vivimos como Jesús lo hizo, no somos dignos de ser llamados hijos de Dios.

Nosotros somos la sal de la tierra, pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salada? Ya no sirve para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres, vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. mas bien, se pone en el candelero, y alumbra a todos en la casa. De la misma manera, deja que tu luz brille ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Mateo 5: 13-16

Se diferente. Se sal y luz. Ama a todos. Se como Dios.